«La raza sólo se mejora si el macho es mejor que la hembra»
Recuperamos para el blog de cinofilia una entrevista que hizo Fernando Martínez a Juanjo Alea hace unos años.
Una forma de entender nuestro presente y vislumbrar el futuro es saber y conocer nuestro pasado, pues en el conocimiento de nosotros mismos, nuestra historia y reacciones a los acontecimientos, están los mimbres con los que tejemos el futuro.
El mundo de la caza y de los cazadores de becada en particular, no escapa a este axioma. Con este motivo hemos preparando una serie de artículos, este es el primero, sobre los perros de un pasado reciente que más han influido en las corrientes de sangre de los perros becaderos que utilizamos en la actualidad.
La persona que hoy amablemente nos abre las puertas de su casa es Juan José Alea Goitia, gran persona y mejor amigo, quien ha tenido la gentileza de compartir con nosotros su historia de caza y la de ese gran perro becadero que fue Palú.
Lo primero sería preguntarte por tu salud. ¿Qué tal te encuentras después del achuchón?
He pasado un año con algunas intervenciones, pero en este momento estoy como un roble…apolillado (ríe)
¿Cuáles fueron tus comienzos en la caza y más concretamente con la sorda?
Desde que yo recuerdo, tuve mi carabina con 8 ó 9 años y a los 14 ya le cogía prestada la escopeta a mi padre para cazar mingorras (becacinas) en la vega donde hoy esta la refinería de Petronor, eran otros tiempos.
Mis comienzos en la sorda fueron de morralero con mi padre y mis tíos con 14 y 15 años en los montes de Muskiz, Castro Urdiales, Sopuerta y Guriezo.
¿De que raza fueron tus primeros perros de muestra?
Mi primer perro fue un pointer negro de “dos narices”, seguramente tenía algo de sangre de pachón y con muy buenos vientos. Luego le siguieron otros magníficos pointer, como fue la Ira de Larrañazubi, hija de GindellaCissa. Una perra muy completa para todo tipo de caza, lo mismo cazaba codornices en Burgos que sordas en Álava.
En aquella época yo consideraba que los pointer, como raza, eran más homogéneos y daban mejor resultados en la becada. Los setter que teníamos entonces no presentaban unas líneas muy definidas como raza. De tal forma que en las exposiciones de belleza que se celebraban en el norte de España había unos perros grandes y linfáticos, que a ningún cazador le ilusionaban para cazar, frente a otros de trabajo, pequeños y morfológicamente con bastantes carencias.
A comienzos de los 90 y a raíz de la Semana de Andalucía, empezamos a ver los setters que criaban en otros países, sobre todo en Italia. Esto propició el comienzo de las importaciones y cruces con esos campeones, que hicieron evolucionar a la raza en nuestro país. Gracias a las directrices del Setter Club y a la ilusión y el esfuerzo económico de muchos cazadores a nivel individual, tenemos hoy unos setters punteros en Europa.
¿Cuándo y por qué elegiste el setter para tus jornadas de caza?
En los años ochenta, cuando cazaba en Bóveda, llamaron mi atención por su extraordinaria resistencia y forma de cazar unas setters de Juan María Azkue. Sati y Coni, que así se llamaban, venían de viejas líneas inglesas.
¿Como surgió la idea de ir a Italia a por un cachorro de setter? Y ¿Por qué de la camada de Palú en concreto?
Te cuento la anécdota de la procedencia de Palú. La perra pointer Ira de Larrañazubi, que he comentado antes, era hija del Gin propiedad de mi amigo Gabriel Ayesta. Cuando la perra tenía 4 años, él me mostró su interés por ella y se la regalé.
En agradecimiento, Gabriel me prometió un cachorro de setter cuando localizase una camada interesante en Italia. Esta camada no fue otra que la de Palú.
¿Cuándo te diste cuenta de las cualidades que el cachorro disponía?
A partir de los 7 meses comencé a llevarle al monte y ya mostraba su independencia y pasión por los pájaros. En el primer año me mostró casi tantas becadas como el otro perro adulto con el que cazaba.
¿Adiestraste tu mismo al perro o lo mandaste adiestrar? ¿Fue fácil?
Sí, la verdad es que fue un perro que lo hizo todo fácil desde joven, tenía un gran instinto para la caza y no hizo falta ningún refuerzo.
Aunque en general se le conoce por su nombre de pedigrí Palú, tú le llamabas “El Jefe”. ¿Tuviste alguna intuición al elegir el nombre del cachorro que te llevase a pensar que marcaría tanto la raza en nuestro país?
Cuando Palú tenía 4 ó 5 meses, disponía yo en la perrera de otros 4 cachorros con una edad similar. Cuando los soltaba en el monte al lado de casa y siempre iba Palú primero y los otros cuatro detrás, a partir de entonces le bauticé con el nombre de “JEFE”.
¿Qué cualidades destacarías del Jefe en la caza de la becada frente a otros perros que has tenido?
Sobre todas las cosas yo destacaría la pasión, la resistencia en la búsqueda de la caza y una extraordinaria nariz.
Según tu opinión, ¿Que defectos y virtudes ha aportado su corriente de sangre a los setter sorderos de España?
Por lo que me comentan los que tienen descendientes de él, la virtud que más ha trasmitido el Jefe es su gran pasión por la caza.
Para mí, esto se torna en defecto cuando se lleva al extremo, porque considero que la toma de contacto de un setter con la becada tiene que ser más dulce.
Arno y Palú tenían mucha sangre en común. Según tu opinión, ¿Qué similitudes y que divergencias tienen para la caza de la becada los perros de estas líneas?
Según tengo oído a varios criadores en Italia, Arno y Palú serían hermanos.
Arno en Italia se ha cubierto con perras de competición y ha dado muchos campeones de gran busca (Lerry, Fiero, Tito, Ken, etc.) y Palú en España se ha cubierto con perras de cazadores y así mismo ha dado perros muy buenos para la becada. Los dos han fijado sus características en su descendencia.
Actualmente, cualquier cazador recorre miles de kilómetros para cubrir su perra, hay muchos perros laureados y mucha información: Foros, revistas, etc. ¿Crees que El Jefe habría tenido tanta influencia en la raza de haber nacido hoy?
Yo creo que hoy no hubiese tenido esta influencia, debido principalmente a que la raza ha mejorado muchísimo en estos 15 años y existe un mayor número de sementales.
Un hito importante en la historia del perro fue su participación en el campeonato europeo de becadas en el cual quedo subcampeón. Coméntanos cómo sucedió.
Las pruebas se realizaron en dos días de competición. En el primer día los dos únicos perros clasificados fueron los dos perros de mi propiedad. Palú, que iba de pareja con Falco de Rackland consiguió un 1º Exc., ya que se movió en la salida de la becada, motivo que le impidió conseguir el CAC y Flas, después de un gran recorrido y una gran muestra se negó al cobro en frío, lo que finalmente le propició un CQN.
El segundo día Falco de Rackland consiguió el CAC que le otorgó el título de campeón de Europa de becadas y relegó a Palú al subcampeonato. En aquella época, los perros franceses recibían un adiestramiento específico para estas pruebas que aquí no les dábamos.
Y por último, de los descendientes del Jefe que has conocido ¿Cuáles destacarías y por qué?
Creo sinceramente que entre sus descendientes podemos encontrar grandes perros becaderos, pero por los títulos logrados en diferentes competiciones y exposiciones de belleza, para mi sin duda sería Líder de Playabarri.
Este perro, nacido en mi casa, logró entre otras las siguientes calificaciones: CACIT en Gran Busca, Varios CAC en Alta Montaña, Campeón de caza práctica de Francia sobre becadas. Representó a España varias veces en el Campeonato Europeo Setter de Gran Busca, en la Copa de Europa y en el Campeonato Europeo setter de Alta Montaña.
En morfología se clasificó primero en clase trabajo en el Campeonato Europeo setter de belleza y obtuvo varios CACIB.
Fue padre entre otros de Jaffa del Behigo, Campeona de Francia y Europa sobre becadas.
De que te sientes especialmente orgulloso como cazador
Me siento, muy, muy orgulloso de como con un puñado de amigos, nuestros perros y unos medios tan básicos, logré grabar y montar la película de “7 Días Tras Las Becadas 1996/97”, sin tener ninguna experiencia en el manejo de estos aparatos. Por cierto el Jefe (Palú) sale en la mayor parte de las escenas.
¿Quieres hacer algún comentario?
Hay amigos que me comentan que no debiera de haber permitido cruces con ciertas hembras. Yo siempre les contesto que la raza sólo se mejora si el macho es mejor que la hembra.
Tras la entrevista tuve el placer de visitar con este setterman sus instalaciones, que como no podía ser de otra manera son de primer nivel y en ellas se hallan no pocos setter descendientes de aquel perro llamado “Jefe” (Palú).
Muchas gracias Juanjo por compartir con nosotros tu tiempo y tus opiniones, es un placer charlar contigo. Solamente desearte, una vez más, buena salud para la próxima temporada que se nos avecina.
¡Hasta otro rato amigo!